jueves, 20 de octubre de 2011

RESPONSABILIDAD SOCIAL

redunirse.org


RED IBEROAMERICANA DE UNIVERSIDADES POR

LA RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL

1

Trabajo presentado para el Coloquio Internacion al “¿Cómo impulsar la formación en RSE en la

Universidad Argentina e Iberoamericana?”. Buenos Aires, 29 de mayo de 2007.

“Educación y Responsabilidad Social Empresarial”

Por Juan Carlos Tedesco1

INTRODUCCIÓN

Quisiera, en primer lugar, agradecer y felicitar a los organizadores de este coloquio. Colocar el tema

de la responsabilidad social en la agenda de discusiones de política educativa es una iniciativa de

enorme importancia. Obviamente, la pregunta que todos nos hacemos es ¿porqué hoy es tan

necesario discutir el tema de la responsabilidad social y como promoverla a través de la educación?

Creo que la respuesta a esta pregunta pasa por analizar la complejidad, profundidad y velocidad de

los cambios por los cuales atraviesa la sociedad contemporánea. No es este el lugar ni el momento

para un análisis en profundidad de la sociedad contemporánea. Lo que me interesa estacar es que

los universitarios, los científicos y los intelectuales en general tienden a adoptar dos posturas, ambas

legítimas pero aparentemente opuestas, frente a estos cambios.

Algunos asumen una posición de audacia, expresada a través del anuncio de fenómenos o en la

formulación de hipótesis que implican una ruptura profunda con los paradigmas tradicionales. Otros,

cambio, prefieren la prudencia frente a la provisoriedad de nuestros conocimientos, que rodea la

formulación de nuevas interpretaciones de un fuerte carácter tentativo.

Entre los primeros se encuentran casos como los de F. Fukujama, quien después de haber postulado

el fin de la historia, anuncia el fin del "ser humano" tal como lo conocemos hasta ahora. La evolución

de la biotecnología abriría la posibilidad de pasar a una etapa donde el ser humano ya no sería

producto de la evolución natural sino de la fabricación intencional de los propios seres humanos.

Entre los segundos, J. Habermas, por ejemplo, presentó su libro sobre el porvenir de la naturaleza

humana advirtiendo que se trataba de un "ensayo", en el sentido literal de la palabra, es decir de una

tentativa de análisis que deberá ser continuada y contrastada con el desarrollo de los

acontecimientos y con la propia reflexividad del comportamiento ciudadano frente a estos cambios.

1 Viceministro de Educación, Ciencia y Tecnología de Argentina.

redunirse.org

RED IBEROAMERICANA DE UNIVERSIDADES POR

LA RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL

2

Trabajo presentado para el Coloquio Internacion al “¿Cómo impulsar la formación en RSE en la

Universidad Argentina e Iberoamericana?”. Buenos Aires, 29 de mayo de 2007.

Las reflexiones sobre la educación están plenamente insertas en este doble movimiento, ya que la

audacia o la prudencia en el uso del conocimiento tienen ahora significativas consecuencias sociales.

A diferencia de otros períodos históricos donde la audacia intelectual podía ejercerse sin demasiadas

consecuencias inmediatas sobre la realidad, ahora la centralidad del conocimiento en la vida social y

la velocidad con la cual las hipótesis científicas se pueden traducir en decisiones políticas, convierten

estas actitudes en posiciones frente a los diferentes cursos posibles de la historia.

Estamos atravesando un período histórico donde los diagnósticos sobre la sociedad así como las

respuestas a dichos diagnósticos, movilizan no sólo conocimientos científicos o técnicos, sino los

sistemas básicos de valores de los ciudadanos y de los grupos sociales. Esta movilización abre

interrogantes inéditos para las políticas educativas, particularmente desde el punto de vista de sus

objetivos y estrategias de acción vinculadas al proceso de formación de la ciudadanía en general y

de las elites dirigentes en particular. En este postulado, la expresión “no sólo” debe ser leída en un

sentido fuerte. No se trata de apelar a los valores en un vacío científico o ideológico-político. Se trata,

en cambio, de aceptar que un enfoque basado sólo en el aporte de la ciencia o de la técnica muestra

sus límites cuando se trata de optar entre alternativas que el conocimiento no alcanza a explicar ni a

resolver.

Los límites de la ciencia y de la técnica han sido percibidos por los analistas de los cambios actuales,

muchos de los cuales han adoptado un enfoque cercano a la filosofía social o la filosofía política.

Esta revalorización de la filosofía intenta superar dos de los rasgos más críticos del paradigma

cognitivo tradicional:

1. La fragmentación impuesta por la lógica de las disciplinas, que trata de ser superada por una

mirada que intenta recuperar la complejidad y la integralidad de los fenómenos humanos. Edgar

Morin nos ha advertido reiteradamente que enseñar a pensar bien, a comprender la complejidad de

los fenómenos, ayuda significativamente para actuar de manera más responsable y conciente. A la

inversa, una educación que separa, que fragmenta los problemas, que los trata de manera

unidimensional, impide tener un juicio correcto y promueve comportamientos irresponsables. Cada

redunirse.org

RED IBEROAMERICANA DE UNIVERSIDADES POR

LA RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL

3

Trabajo presentado para el Coloquio Internacion al “¿Cómo impulsar la formación en RSE en la

Universidad Argentina e Iberoamericana?”. Buenos Aires, 29 de mayo de 2007.

uno tiende a asumir la responsabilidad de su tarea especializada y no se hace responsable,

solidariamente, de la totalidad.

2. La inmediatez, los enfoques de corto plazo y el énfasis tecnocrático en los procedimientos,

que trata de ser superado por una mirada que intenta colocar la preocupación por el sentido de

nuestras acciones en el centro de las reflexiones tanto individuales como sociales.

Este retorno a la filosofía no es tampoco un mero producto intelectual. Responde a características

objetivas del desarrollo social. Como lo mostraran los análisis de Ulrich Beck, la sociedad

contemporánea está constituyéndose en una sociedad del "riesgo global", que -a diferencia de los

riesgos naturales propios de las sociedades tradicionales, incluida la sociedad industrial - son riesgos

manufacturados por las prácticas científicas y técnicas del hombre. Las prácticas científicas actuales

han invertido la lógica tradicional, donde primero se experimentaba en el laboratorio y luego se

aplicaba en la realidad. Beck nos advierte que en la ciencia actual, primero es necesario aplicar las

teorías y producir ciertos fenómenos, para luego estudiar sus propiedades y características. "Es

preciso producir primero niños probeta, liberar criaturas artificiales genéticamente modificadas y

construir reactores, para poder estudiar sus propiedades y características de seguridad." En un

contexto de este tipo, la ciencia revela sus límites para dar respuestas a las preguntas por el sentido

de nuestras acciones, respuestas que dependen básicamente de la política y de la ética.

El ejercicio del saber social siempre estuvo asociado a opciones éticas, políticas o ideológicas. En las

últimas décadas, sin embargo, el saber social tendió a ejercerse desde el paradigma de las ciencias

sociales, lo cual otorgó a nuestras prácticas profesionales un marco de mayor rigor, exigencias de

coherencia y de contrastación con la información empírica. No se trata de renunciar a estos avances.

Sin embargo, cuando lo que está en juego no son opciones técnicas sino opciones éticas, el

paradigma de la ciencia social muestra sus limitaciones. Como sostuviera I. Wallerstein, la idea de

que el saber científico y el filosófico-humanístico son radicalmente diferentes, como si constituyeran

dos formas intelectualmente opuestas de 'saber' el mundo -algo que a veces se dio en llamar la tesis

de las 'dos culturas' -, no sólo se está volviendo inadecuada como explicación de la masiva transición

social que atravesamos, sino que incluso se convierte en un obstáculo a la hora de enfrentar la crisis

de manera inteligente.

redunirse.org

RED IBEROAMERICANA DE UNIVERSIDADES POR

LA RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL

4

Trabajo presentado para el Coloquio Internacion al “¿Cómo impulsar la formación en RSE en la

Universidad Argentina e Iberoamericana?”. Buenos Aires, 29 de mayo de 2007.

Desde este punto de vista, es preciso reconocer que las transformaciones sociales que definen este

“nuevo capitalismo” colocan a la justicia social en el centro de nuestros debates. En el capitalismo

industrial tradicional existía lo que los sociólogos denominan solidaridad orgánica. Esta forma de

solidaridad es la que existe en todo organismo, donde las partes actúan articuladamente, pero lo

hacen en forma mecánica. En la sociedad capitalista tradicional estábamos obligados a vivir juntos

porque todos éramos necesarios. Había explotadores y explotados, había dominantes y dominados.

Pero el dominante y el dominado eran necesarios y, por lo tanto, tenían que estar juntos, en lugares

diferentes de la jerarquía pero todos incluidos.

En este nuevo capitalismo, en cambio, tiene lugar un fenómeno relativamente nuevo por su

magnitud, que es el fenómeno de la exclusión social. Las transformaciones en el modelo de

organización del trabajo producidas por el uso intensivo de las nuevas tecnologías de la información

están provocando procesos muy importantes de polarización social y de exclusión. Las relaciones

sociales ya no serían, como en el caso del capitalismo tradicional, relaciones de explotación. La

exclusión o, como lo ha sugerido Robert Castel , la “des-afiliación” a la sociedad de vastos sectores

de población, sería la consecuencia central de este tipo de estructura social. Los excluídos serían

casi “inútiles” desde el punto de vista social y económico y, en ese sentido, no constituirían un actor

social. Instalados en forma permanente en lo precario y en lo inestable, generarían actitudes y

patrones culturales basados en la dificultad de controlar el porvenir. Sus estrategias de supervivencia

“día a día” darían lugar a lo que Castel llama la “cultura de lo aleatorio”. A diferencia de los

trabajadores clásicos, el problema que plantean estos sectores es su mera presencia, pero no sus

proyectos. La des-afiliación podría conceptualizarse no tanto en términos de ausencia completa de

lazos o de relaciones, sino de ausencia de participación en las estructuras que tienen algún sentido

para la sociedad. Desde el punto de vista político, estos niveles tan altos de exclusión sólo podrían

mantenerse con niveles igualmente altos de autoritarismo. Mantener el sistema democrático en una

situación donde un porcentaje significativo de ciudadanos son pasivos desde el punto de vista

económico y donde las formas de integración y cohesión son tan débiles aparece como una tarea

poco probable.

redunirse.org

RED IBEROAMERICANA DE UNIVERSIDADES POR

LA RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL

5

Trabajo presentado para el Coloquio Internacion al “¿Cómo impulsar la formación en RSE en la

Universidad Argentina e Iberoamericana?”. Buenos Aires, 29 de mayo de 2007.

En este contexto, se justifica el énfasis que hoy estamos obligados a otorgar al tema de la

solidaridad. Parecería que sólo con un esfuerzo consciente y masivo de solidaridad, será posible

superar los determinismos de las lógicas del mercado, que expulsan a una parte importante de la

población de los circuitos de acceso a los bienes y servicios básicos para el desempeño ciudadano y

el desempeño productivo.

Pero las formas de solidaridad, las formas de promover la justicia social, no son ni pueden ser las

mismas que en el pasado. La justicia ya no puede ser ejercida con –usando la feliz expresión de

John Rawls – “el velo de la ignorancia”. La justicia social sólo puede ser eficaz si sacamos la venda

que cubre los ojos de los encargados de administrar justicia. En la justicia social tenemos que saber

a quién le estamos aplicando las medidas, porque si aplicamos la misma medida a todos, podemos

ser profundamente injustos. Hacer justicia hoy, es darles más a los que tienen menos, no lo mismo a

todos. Pero no se trata sólo dar “mas”, sino de tener en cuenta al sujeto que existe detrás de esa

categoría general de “excluìdo”. Desde este punto de vista, es preciso reconocer que son tan

personas los que están arriba como los que están abajo, que existe tanta necesidad de

personalización, de reconocimiento de la individualidad, en unos como en otros, y que no podemos

trabajar con programas masivos, burocráticos, iguales para todos, en nuestras acciones con los

excluídos y dejar las estrategias de educación personalizada, diferenciada, para los que están

incluidos.

La gran pregunta es ¿cómo se hace esto? Obviamente, estamos ante la necesidad de definir

políticas integrales, ya que la exclusión es un fenómeno sistémico. Quiero, sin embargo, referirme a

la dimensión subjetiva de estas estrategias, dimensión que no suele recibir la atención que merece.

LA REPRESENTACIÓN MENTAL DE LA SOLIDARIDAD

Quisiera contar una experiencia que demuestra la importancia que tiene la dimensión subjetiva en

estas estrategias. La experiencia la hizo un grupo de alumnos de EE.UU. y Europa para demostrar lo

difícil que es enseñar solidaridad.

redunirse.org

RED IBEROAMERICANA DE UNIVERSIDADES POR

LA RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL

6

Trabajo presentado para el Coloquio Internacion al “¿Cómo impulsar la formación en RSE en la

Universidad Argentina e Iberoamericana?”. Buenos Aires, 29 de mayo de 2007.

Se tomó un grupo de alumnos y se les transmitió como única consigna que hiciera un dibujo.

Finalizada la tarea, el maestro recogió los dibujos, eligió uno al azar y les dijo a los alumnos: “Este es

el mejor; y como es el mejor, lo vamos a premiar con mil dólares”. El alumno premiado fue llamado a

recibir el premio y en ese momento el maestro le informa que uno de sus compañeros está muy

enfermo y que sus padres no tienen recursos materiales suficientes para costear su terapia. Dada

esa situación, se ha decidido hacer una colecta de fondos para ayudar a la familia del compañero

enfermo y el maestro le pregunta al alumno premiado su estaría dispuesto a ceder el premio para

ayudar a su compañero. En el 80 u 85 % de los casos lo alumnos aceptaron donar el premio y ser

solidarios.

Pero la experiencia se repite con otro grupo de alumnos a quienes el maestro les pide que hagan un

dibujo pero les anuncia que el mejor va a ser premiado. En este caso los alumnos realizan el dibujo

sabiendo que compiten por un premio. Se repite la misma escena que en el caso anterior: se elige un

dibujo al azar, se llama al premiado, se le explica la situación del compañero enfermo, se le pregunta

si está dispuesto a ceder el premio y, en estos casos, los niveles de solidaridad bajan

significativamente, al 20 o 25%.

¿Qué podemos aprender de esta experiencia? La principal conclusión sería que tenemos una

representación, una concepción de la solidaridad, que se contrapone con la competencia. Somos

solidarios con aquello que conseguimos sin esfuerzo, sin haber competido para lograrlo. Esta

concepción de la solidaridad constituye un factor de significativa importancia en las estrategias

destinadas a promover políticas de inclusión social.

Estas políticas enfrentan el desafío cultural de trabajar sobre las representaciones, sobre los valores

y sobre las concepciones vinculadas a aquello que consideramos propio y aquello que consideramos

común a todos. Pero trabajar sobre cambio de representaciones es complejo, difícil y demanda

acciones de largo plazo.

Por otra parte, la experiencia anterior también nos permite apreciar las dificultades que existen para

generar solidaridad entre los que más tienen. Estos sectores creen que lo que tienen, lo tienen

porque se lo merecen, porque se lo han ganado y, por lo tanto, no están dispuestos a cederlo. En

redunirse.org

RED IBEROAMERICANA DE UNIVERSIDADES POR

LA RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL

7

Trabajo presentado para el Coloquio Internacion al “¿Cómo impulsar la formación en RSE en la

Universidad Argentina e Iberoamericana?”. Buenos Aires, 29 de mayo de 2007.

este sentido, otro de los grandes desafíos que enfrentamos desde el punto de vista cultural es que

aquellos que están concentrando enormes riquezas comiencen a darse cuenta de que algo de lo que

se están apropiando no les pertenece, sino que nos pertenece a todos.

Pero también sería utópico pensar que un modelo de exclusión y de desigualdad como el que

prefiguran estos análisis pueda ser sostenido en el tiempo sin altos niveles de conflictividad y de

crítica por parte no sólo de los excluidos sino de sectores de población incluida, pero dotada de un

fuerte sentido de responsabilidad social.

En una reflexión relativamente reciente, Lester Thurow llevó este razonamiento de la sustentabilidad

al límite. Refiriéndose a EEUU, Thurow sostuvo que se trata de un modelo de desarrollo económico

de enclave. Parte de la fuerza de trabajo tendrá las habilidades necesarias para integrarse a la nueva

economía, dejando atrás al resto de la fuerza de trabajo. El problema no es que este modelo no vaya

a funcionar sino que, al contrario, va a hacerlo. "Los problemas con el modelo de desarrollo

económico de enclave no son económicos. Podría funcionar para los norteamericanos capacitados

tal como funciona para los ingenieros de software en Bangalur, en India. Los problemas ni siquiera

son realmente políticos. India es un ejemplo de que en los países pueden coexistir grandes

desigualdades internas durante largos periodos de tiempo sin que estallen políticamente. Los

problemas son básicamente morales. ¿Vive uno en una buena sociedad si esa sociedad permite de

manera consciente que una gran parte de sus ciudadanos se vaya del primer mundo y se convierta

efectivamente en trabajadores que ganan salarios del tercer mundo?"

EL PAPEL DE LA RESPONSABILIDAD

La discusión sobre las consecuencias de construir un orden social injusto pone en extrema tensión

una de las características específicas de la condición humana: la capacidad de tomar distancia y

juzgar desde una perspectiva ética nuestras acciones. Dicho en otras palabras, la posibilidad de

asumir la responsabilidad por nuestros propios actos.

La responsabilidad no es sólo un asunto individual. La modernización social ha sido un proceso que

permitió transferir cada vez más la responsabilidad de los hechos sociales a decisiones asumidas

redunirse.org

RED IBEROAMERICANA DE UNIVERSIDADES POR

LA RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL

8

Trabajo presentado para el Coloquio Internacion al “¿Cómo impulsar la formación en RSE en la

Universidad Argentina e Iberoamericana?”. Buenos Aires, 29 de mayo de 2007.

colectivamente a través de procesos democráticos de negociación y concertación. Responsabilidad y

voluntad de cambio resumen el significado de la dimensión política de la sociedad. El drama de la

sociedad contemporánea es que cuando más se exige de la dimensión política menos posibilidades

está mostrando para enfrentar estos desafíos.

El desencanto de la política es proporcional a la necesidad de asumir políticamente las decisiones

sobre una significativa cantidad de asuntos que antes eran del ámbito privado o directamente no se

presentaban como opciones alternativas. Las explicaciones sobre el proceso que ha llevado a esta

situación son conocidas y se refieren básicamente a la crisis del Estado-Nación y a la crisis de

representación de los ciudadanos a través de los partidos políticos. Pero además de estos procesos,

lo cierto es que también se ha producido un cambio fundamental en la calidad de los problemas que

están hoy sujetos a decisiones políticas. Uno de los problemas centrales que enfrenta actualmente la

gestión política tiene que ver con el hecho que tiene que ocuparse cada vez más de aspectos

tradicionalmente vinculados a la esfera privada, pero tiene que hacerlo respetando la diversidad y la

posibilidad de proyectos individuales. Incluso las decisiones más tradicionalmente políticas, como son

las que tienen que ver con la política económica, afectan directamente los destinos individuales

mucho más que en el pasado. La incertidumbre sobre las posibilidades de empleo, la necesidad de

reconversión profesional permanente, las decisiones de localización de las empresas, etc. afectan

plenamente la vida privada de las personas. Lo público y lo privado están perdiendo las fronteras que

tenían tradicionalmente. Esto ha permitido sostener, por ejemplo, que el re-encantamiento de la

política pasa por advertir el carácter público y colectivo que tiene hoy el ámbito de la esfera privada.

El repliegue sobre la vida privada no tiene, por ello, nada de privado.

Al respecto, resulta pertinente retomar el planteo de Habermas, para quien hoy los ciudadanos se

ven confrontados con cuestiones cuyo peso moral supera ampliamente las cuestiones políticas

tradicionales. Estamos ante la necesidad de "moralizar la especie humana". El desafío que tenemos

por delante es de preservar las condiciones sobre las cuales se basa nuestro reconocimiento de que

actuamos como personas autónomas, como autores responsables de nuestra historia y de nuestra

vida.

redunirse.org

RED IBEROAMERICANA DE UNIVERSIDADES POR

LA RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL

9

Trabajo presentado para el Coloquio Internacion al “¿Cómo impulsar la formación en RSE en la

Universidad Argentina e Iberoamericana?”. Buenos Aires, 29 de mayo de 2007.

Los niveles de responsabilidad que exigen estas decisiones son inéditos y este aumento de los

niveles de responsabilidad exigidos a las decisiones individuales y sociales se produce al mismo

tiempo que disminuye la posibilidad de promover una moral absoluta, una moral basada en

obligaciones frente a exigencias ya sean de tipo religioso o secular. Vivimos, para usar la expresión

de Gilles Lipovetsky, una etapa de moral "emocional", una moral sin obligaciones ni sanciones, una

moral indolora y no imperativa, adaptada a los nuevos valores de la autonomía individual.

Frente a estos desafíos, el reto que se abre es el que se refiere a la formación de una inteligencia

responsable, que supere la idea de una moral sin base científica y de un desarrollo científico sin

control moral. La primera nos lleva a la impotencia mientras que la segunda nos puede conducir al

desastre. El interrogante que abre esta definición es el que se pregunta por el papel de la educación

en el proceso de formación de ese tipo de inteligencia y de las condiciones sociales que pueden

favorecer su desarrollo.

A manera de conclusión las decisiones que deberán tomar los ciudadanos en el futuro son decisiones

de una envergadura inédita: incluir a todos o no, manipular o no nuestro capital genético, cuidar la

naturaleza, etc. Los niveles de reflexividad que exigen estas decisiones son también muy profundos y

exigen no sólo un fuerte desarrollo cognitivo sino ético y moral.

¿Cuánto de estos niveles de reflexividad pueden ser formados a través de acciones educativas

intencionales y sistemáticas? ¿Qué formas institucionales serán las más apropiadas a esta función?

¿Quienes serán los educadores de estos procesos de formación? La escuela universal y obligatoria a

cargo de maestros formados profesionalmente a través de instituciones educativas especiales fue la

respuesta a la demanda de formación del ciudadano para el Estado-Nación. ¿Será ésta la respuesta

para las demandas de formación del ciudadano reflexivo que demanda el siglo XXI?

Estas preguntas implican también un interrogante acerca de la formación de las elites. Si bien en una

sociedad democrática la distinción entre los miembros de las elites dirigentes y el resto de la

ciudadanía es una distinción dinámica, lo cierto es que la responsabilidad por las decisiones es

mucho mayor en aquellos que manejan áreas más sensibles desde el punto de vista de las

consecuencias de sus decisiones: los científicos, los dirigentes políticos, los dirigentes empresarios.

redunirse.org

RED IBEROAMERICANA DE UNIVERSIDADES POR

LA RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL

10

Trabajo presentado para el Coloquio Internacion al “¿Cómo impulsar la formación en RSE en la

Universidad Argentina e Iberoamericana?”. Buenos Aires, 29 de mayo de 2007.

Por último, estas decisiones ya no podrán ser limitadas espacialmente al ámbito del territorio local o

nacional. La responsabilidad también asumirá una dimensión internacional y al nivel del género

humano. Como toda etapa crucial de la historia, abre siempre la opción de la incertidumbre o la

esperanza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario