domingo, 22 de diciembre de 2013

evitar la erosión

Evitar la erosión



La pérdida de tierra, o erosión, se produce cuando el viento y el agua la desgastan y se la llevan. Si protegemos la tierra contra la erosión, especialmente en las laderas empinadas, aumenta la capacidad de ésta para sostener los cultivos, protegemos los recursos de agua en los terrenos bajos y evitamos los deslizamientos de tierra. Los agricultores observan tres principios para evitar la erosión y la escorrentía del agua de la superficie:
  1. Reducir el flujo del agua creando barreras naturales desde la parte superior de la cuenca hidrográfica hasta los terrenos más bajos.
  2. Repartir el agua creando canales para dividirla y dirigirla donde fluye.
  3. Rehabilitar la tierra para que pueda absorber mejor el agua.

Las señas de erosión a veces son difíciles de reconocer, e incluyen una disminución en la producción de las cosechas, un aumento de lodo en los ríos (especialmente después de las tormentas) y terrenos menos densos.
Esta grieta erosionada está comenzando a formarse......y pronto se verá así.
En los sitios donde la erosión aún no ha comenzado ésta podrá evitarse manteniendo la mayor cantidad posible de plantas y árboles y dirigiendo el flujo de agua superficial hacia las zanjas, lagunas, ríos y arroyos. En lugares donde la erosión ya es grave, todavía es posible detenerla y rehabilitar los terrenos. Con tan sólo colocar una hilera de piedras o construir un muro bajo de piedra a lo largo de las curvas de nivel de la ladera se podrá evitar que la tierra se escurra cuesta abajo, y crear lugares fértiles para árboles y plantas. Los métodos agrícolas sostenibles como el estiércol natural, la rotación de cultivos, el abono y la siembra de árboles juntamente con los cultivos son también formas de proteger el suelo y conservar los recursos de agua (vea Capítulo 15).
Los trabajadores de la ONG aprenden de los agricultores sobre la erosión
En Karnataka, India, una ONG trabajó con los agricultores para evitar la erosión de sus terrenos. Los agricultores tradicionalmente construían barreras altas de piedra que retenían la mayor parte de la tierra, pero tenían aberturas en la parte baja para dejar que el agua pase, aún en época de lluvias torrenciales.

Los trabajadores de la ONG observaron que las barreras de piedra permitían que se perdiera un poco de tierra que iba a dar a los campos de abajo. Cuando se construyeron barreras altas en los bordes inferiores de los terrenos, algunas de las piedras se caían y había que recogerlas para volverlas a poner en su lugar. Propusieron la construcción de barreras sólidas de piedra que detuvieran toda la pérdida de tierra y así evitarían la reparación constante.

Los agricultores dijeron que a ellos no les importaba tener que reemplazar unas cuantas piedras de vez en cuando, algo que resultaba ilógico para los trabajadores de la ONG; las barreras de piedra de los agricultores no sólo eran más difíciles de construir sino que dejaban pasar la tierra, evitando el control total de la erosión. Propusieron entonces un experimento. En algunos campos construirían paredes de piedra, bajas y sólidas. En otros los agricultores construirían sus barreras tradicionales.

Al final de la estación, los agricultores y los trabajadores de la ONG se reunieron y compararon los resultados. Muchos agricultores cuyos campos estaban debajo de las paredes sólidas nuevas estaban descontentos; el ganado se saltaba las paredes bajas hasta los sembradíos y después de los monzones estos agricultores tenían menos tierra nueva y menos agua que antes para los arrozales.

Estos problemas dieron lugar al cruce de argumentos entre los propietarios de los campos de abajo y los de arriba. El experimento demostró a los agricultores que sus propias barreras tradicionales funcionaban mejor que las paredes “mejoradas”. Los agricultores explicaron a los trabajadores de la ONG que las paredes sólidas de piedra causaban muchos problemas. Con esta experiencia los trabajadores de la ONG entendieron que las barreras tradicionales de los agricultores no sólo evitaban la erosión del suelo, también evitaban que el ganado se perdiera. Al permitir que salga un poco de tierra y agua se evita también que se erosionen las buenas relaciones entre los vecinos, ¡y esto justifica para los agricultores el esfuerzo adicional!

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